¿Cuál de vosotros es el tenedor? |
El otro día encontré esta viñeta por internet, y me pareció que reflejaba al 100% un problema existente en nuestra sociedad: Hacemos una construcción de lo que tiene que ser una pareja y miramos todas las relaciones a través del mismo filtro.
Esto sucede también en otros temas, como en la diversidad funcional, de la que hablamos en el post de la semana pasada “Nuestra mirada discapacitada” o incluso con las diferencias entre hombres y mujeres. Miramos el mundo desde nuestros estereotipos.
Hoy quiero centrarme en las parejas formadas por dos hombres o por dos mujeres.
¿Cómo es posible que un hecho tan simple como el sexo del sujeto al que amas, sea fuente de tanto malestar? ¿Cómo puede ser que tantas personas se permitan opinar sobre la validez de estas relaciones? O que, incluso, sean capaces de cuestionar el valor de la propia persona por el hecho de que ame a alguien de su mismo sexo.
¿Qué está pasando? En pleno siglo XXI y todavía con estos pensamientos plagados de juicios.
Esta carga social, le llega a una niña (o a un niño) que siente atracción por otra niña y empieza a ver que hay algo negativo en ella, que deberían gustarle los niños y que en su vida hay un gran problema. Se empieza a plantear la necesidad de ocultar sus deseos por miedo a las consecuencias (burlas, insultos, desprecios…).
Y no hay peor consecuencia que las que se derivan de creer que no eres válid@ y de experimentar vergüenza del propio ser.
¿Por qué unas personas tienen que “salir del armario”? (ridícula expresión que proviene de la idea de tener algo vergonzoso guardado y que no quieres que se haga público)
Yo me pregunto, ¿de qué armario? Las únicas personas que deberían abrir alguna puerta, son todas las que juzgan y menosprecian por estos motivos. Ellas sí que necesitan abrir la puerta de su mente y liberarse del odio y de tanto pensamiento negativo.
Ya sabes que cada vez que señalas a alguien, hay tres dedos que te señalan a ti.
Si te encuentras en esta situación y todos estos pensamientos navegan por tu mente, tampoco te culpes. Seguramente, alguien te inculcó esas ideas o viviste experiencias que te llevaron a esas conclusiones estereotipadas. Durante la infancia hacemos una construcción de la realidad que nos condiciona en numerosas ocasiones. Pero hay una buena noticia: Nunca es tarde para revisar nuestras creencias y ver cuáles son las que queremos mantener con nosotr@s y cuáles son las que queremos abandonar, para liberarnos.
Porque, además, puede llegar el día en el que alguien cercano se encuentre en esta situación y que no sepamos cómo actuar.
¿Qué importa a quién ame mi hij@? Yo lo que quiero es que sea feliz y que esa felicidad esté llena de lo que él/ella mism@ decida. Sin pensar que existe un camino bueno y otro de malo. Sabiendo que el camino es el que cada un@ quiere crear.
Que nadie crea que es “homosexual” antes que persona. Ni que nadie le etiquete por el simple hecho de amar a alguien de su mismo sexo.
¿Te has encontrado alguna vez queriendo averiguar la orientación sexual de alguien? ¿O buscando hechos que confirmen tu hipótesis y hablando de ello en grupo?
Piensa un momento: ¿Realmente es tan importante para ti saberlo? A no ser, evidentemente, que esa persona te atraiga y quieras saber si tienes alguna posibilidad con ella.
Hay un video en youtube (en inglés), que muestra el resultado del experimento que hicieron dos locutores de radio tras la llamada de un hombre que comentó las humillaciones a las que tenía que hacer frente cuando pasea por la calle. Simplemente, salieron los dos a caminar de la mano como si fueran una pareja y pudieron comprobar el desprecio de varias personas con las que se cruzaron. Incluso una llegó a afirmar que no los quería ver delante suyo, porque le provocaban vergüenza.
¡Qué distinto sería todo si lo único importante al relacionarse fuera conectar con la esencia de la otra persona! Sin juicios y con respeto.
Viviendo las relaciones desde el amor.
¿Qué puedes hacer hoy para vivir un poco más desde el amor?
¿De qué creencias necesitas desprenderte?
¡Gracias por leerme y feliz sexo!